El intercambio entre familias es una experiencia enriquecedora tanto para los jóvenes que realizan los viajes como para las familias involucradas. Para facilitar que todo salga a la perfección, en este post aportamos claves para que cada parte empiece y finalice el intercambio de la mejor manera posible. Te lo contamos a continuación.
3 claves para los anfitriones del intercambio entre familias
1) Trata al estudiante de intercambio como un miembro más de la familia. La relación debe basarse en la confianza, el cariño, la comunicación y es importante mantener una mentalidad abierta. De la misma manera, hay que dejar claro desde el principio que hay ciertas obligaciones y responsabilidades.
2) Conviértete en una parte proactiva del intercambio. Esta experiencia no puede quedarse solo en las actividades pautadas, sino que debe ir más allá. Es importante que los anfitriones organicen visitas culturales, celebren alguna reunión con toda la familia y que se involucren en actividades del lugar en que se vive. Puedes ver más ideas en este post.
3) Muestra interés por la cultura y el entorno del estudiante. En un intercambio, el aprendizaje es bidireccional. Pregunta sobre la cultura o el idioma (si son distintos), interésate por su familia, sus intereses y aspiraciones. Fomenta que los distintos miembros de la familia compartan sus experiencias y conocimientos, ¡verás que el intercambio es una oportunidad de aprendizaje para todos!
3 claves para el estudiante que participa en el intercambio entre familias
1) Sé abierto y comunicativo. Desde el momento en que comienza esta aventura, debes mostrarte como eres y explicar a tu familia de acogida tus gustos, inquietudes y necesidades, así como posibles enfermedades, intolerancias y/o alergias. Eso sí, siempre desde el respeto y buscando una comunicación abierta por todas las partes.
2) Respeta las normas de la familia y adáptate a un entorno distinto. Lo ideal es comportarse como si estuvieras con tu familia, asistiendo a las comidas compartidas, cumpliendo con las obligaciones que se fijen en la casa y también con los horarios. Aunque a veces resulta complicado o frustrante encontrarse diferencias y elementos que resultan extraños, estos aspectos son los que más nos permiten aprender, ¡aprovéchalos y mantén una mente abierta!
3) Vive el momento. El intercambio es, por su propia naturaleza, una experiencia temporal que añorarás de vuelta a casa. No intentes llevar tus costumbres diarias contigo y muéstrate dispuesto a todas las actividades que te propongan, aunque puedan no apetecerte de primeras. Disfruta de las pequeñas rutinas de la familia, involúcrate en la preparación del desayuno o comidas, ayuda en las compras y participa en las conversaciones que surgen en estos momentos. Estos instantes auténticos de la vida cotidiana conforman parte importante de toda experiencia.
Como puedes ver, el intercambio entre familias requiere de una predisposición por todas las partes, pero finalmente resulta un aprendizaje inigualable para las personas que viajan y para las que acogen. Por esto motivo, una última clave es mantener el contacto una vez que finaliza: por los buenos momentos y por los que han resultado más complicados, por las experiencias compartidas y por repetir alguna actividad en el futuro, ¡quién sabe!
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Intercambio adolescente 15 años
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