¿Quieres descubrir todos los beneficios de un intercambio cultural? En este post, conocerás cómo es esta experiencia desde dentro gracias a Inés Meyer y Reem Alayoubi. Ellas son dos estudiantes, de Barcelona y Múnich respectivamente, y hemos tenido la oportunidad de entrevistarlas mientras viven la primera parte del intercambio en la capital catalana.
Si quieres saber qué nos han contado, ¡sigue leyendo! Te contagiarán las ganas de vivir tu propio intercambio cultural y organizarlo para tu familia.
La experiencia de Reem, estudiante de Múnich en un intercambio cultural en Barcelona
¿Por qué decidiste participar en un intercambio?
Lo primero que vino a mi mente es que he viajado más de una vez y que, cada vez que he viajado, he aprendido muchas cosas: sobre la gente, el país y la cultura. Siempre hacía la broma con mis amigos acerca de que el próximo viaje sería a España y cuando me llegó la oportunidad me dije: “¡lo voy a hacer!”. Estoy realmente interesada en ir a nuevos países o ciudades y conocer a personas, lo que también me motivó a hacerlo.
Aunque vienes de Alemania, no naciste allí. ¿Nos puedes contar un poco acerca de tu historia?
Nací en Siria, en Damasco, y allí viví durante trece años. Después por la guerra en Siria emigré a Turquía, donde estuve cuatro años. Mi siguiente destino ha sido Alemania, ya que las oportunidades para comenzar una nueva vida son mejores. Así que, en en varias etapas de mi vida he tenido que comenzar de cero: aprender la lengua, conocer a la gente, su cultura y el lugar.
¿Cómo preparaste tu viaje a Barcelona?
Lo primero que miré fue el tiempo para saber qué equipaje hacer. Después qué clases tendría en la escuela, para así poder seguirlas mejor en castellano. También fui a comprar muchas veces, ya que había cosas que iba a necesitar que no uso en Alemania. ¡No preparé tantas cosas en realidad!
¿Te ha sorprendido alguna cosa sobre nuestra cultura?
Tengo la sensación de que vuestra cultura es muy próxima a la mía, lo que me ha sorprendido. Me resulta muy familiar. Incluso las palmeras, la montaña; me recuerda mucho a Damasco.
Cuéntanos algo importante que hayas aprendido desde tu llegada.
En todos los sitios a los que vas hay gente o bien muy simpática o bien que no lo son tanto. En ambos casos, debes desenvolverte y vivir tu vida de la manera más fiel a lo que deseas.
¿Has hecho cosas nuevas en este intercambio o algunas que te hayan resultado complicadas?
He hecho muchas cosas que no había hecho antes, especialmente con la comida. He probado la paella, ¡que estaba deliciosa! Nunca me había quedado hasta tarde fuera de casa con amigos, lo que disfruté mucho.
Y algo que haya resultado complicado de solucionar ha sido, por ejemplo, estar en una tienda y que venga el empleado hablando en castellano. Y yo diciendo: «no gracias, no soy de aquí»… Eso me ha resultado algo incómodo porque en realidad no estaba entendiendo qué me decía.
¿Qué le dirías a alguien que no esté seguro sobre si vivir una experiencia de intercambio cultural?
Que simplemente lo haga, ya que nunca puedes saber qué va a pasarte, si no lo haces pierdes la oportunidad de conocer a la familia que te acogerá. Si te llega la oportunidad, lánzate y disfrútalo. Es una muy buena manera de aprender.
La experiencia de Inés, estudiante y familia de acogida de Reem en Barcelona
¿Cómo has preparado la llegada de Reem a nivel familiar y a nivel cultural?
A nivel familiar, acordamos lo que haríamos el fin de semana, que era el tiempo que podíamos aprovechar con los padres en familia. Coordinamos los planes y los horarios que tendríamos para estar organizados y no estar en casa sin hacer nada.
A un nivel más cultural, como Reem es musulmana y no puede comer cerdo, planteamos el aspecto de las comidas, de manera que tuviera diversas opciones. También organizamos la habitación para que estuviera cómoda y el resto de estancias de la casa.
Cuéntanos una situación curiosa que hayas vivido con Reem estos días.
Ella tiene un tono de piel muy blanquito y aquí estamos acostumbrados a ir mucho a la playa y a protegernos, sobre todo yo que también soy muy blanca y me tengo que dar mucha crema… ¡Me sorprendió bastante que al llegar aquí lo que más ilusión le hiciera fuera quemarse la cara! Así que no quería ponerse crema, pero bueno, al final se la puso, ¡aunque también se quemó!
¿Qué crees que le puede aportar a una familia recibir a un estudiante de intercambio?
¡Muchas cosas! Sobre todo, en el tema cultural. Considero que es muy importante conocer otras culturas para abrir la mente, saber lo que hay fuera de tu país, sus hábitos o experiencias.
Con Reem, que ha vivida una vida bastante dura si la comparamos, por ejemplo, con la mía, me sorprendió mucho la valentía que ella ha mostrado: cambiando tanto de países y de entorno, siendo tan abierta a aprender una nueva lengua, a hacer nuevos amigos, a relacionarse.
Eso es algo que valoro mucho en una persona y ella me ha mostrado que ha tenido mucha valentía toda su vida: ha sabido adaptarse muy bien a Alemania y aquí también, en Barcelona. Los horarios, por ejemplo, los ha llevado perfectamente. Se ha adaptado y eso me ha sorprendido de manera positiva.
¿Qué le dirías a una familia que está planteando acoger un intercambio?
Que estuviera abierta, mentalmente sobre todo, y que escuche a la persona que llegue. Si aún no lo tienen claro, que piensen que van a aprender mucho de esa persona, ya sea para bien o para mal: les va a aportar cosas que ellos mismos no tienen.
Si la persona viene de otra cultura, les va a explicar sus costumbres, tradiciones o hábitos. Y eso, si no tienes a gente de fuera que te lo explique, no lo vas a conocer. Si te quedas en tu casa y no dejas que venga nadie, te pierdes muchas oportunidades que puedes obtener muy fácilmente.
Y ahora irás tú a Alemania, ¿tienes ganas?
¡Tengo muchas! Aunque tengo familia alemana, no he ido a esa parte del país y me hace mucha ilusión visitarla: conocer más su cultura, sitios especiales, restaurantes, a sus amigos y a su entorno más cercano. He podido hablar ya un poco con la familia de Reem y me parecieron muy simpáticos. Tengo muchas ganas de ir allí, vivir nuevas experiencias y después contarlas.
Desde dothegap, muchas gracias a Reem e Inés por su colaboración y sus reflexiones. Deseamos que disfruten todo lo que les queda por vivir en su intercambio cultural y, como decía Inés, ¡estamos abiertos a que nos cuenten su experiencia!